Las medidas anunciadas por el ministro de Economía y candidato a presidente del oficialismo, Sergio Massa, para amortiguar el impacto de la fuerte inflación de agosto que trepó al 12,4%, siendo la más alta de los últimos 30 años, implicarán un gasto para el Estado de unos tres billones de pesos.
De este modo la decisión del titular del Palacio de Hacienda de devolver el IVA a jubilados, titulares de planes sociales y trabajadores con sueldos monismos, agregará un costo de 398 millones de pesos mensuales para el Tesoro Nacional.
Sangría que se suma a los 2,5 billones de pesos de costo fiscal que implican las medidas ejecutadas anteriormente por el tigrense, en el marco de su campaña presidencial.
Entre los gastos más importantes para el Estado, se encuentran la devolución del 21% del IVA para la canasta básica con un tope de $18.000 mensuales por persona; el bono de $60.000 para estatales nacionales, los fondos adicionales para los programas sociales, la suba del monto de la Tarjeta Alimentar, y la suba del piso de Ganancias.
A lo que se suma la nueva edición del “dólar soja” y la eliminación de retenciones a economías regionales, para el sector del agro. En esa línea, el relanzamiento del programa Pre Viaje, en su quinta edición, que implicó $24.200 millones de costo fiscal.
Lo que concluye en un déficit de unos tres billones de pesos para las arcas estatales, tan sólo durante este año. De hecho, la consultora privada Equilibra estimó que el costo, antes del anuncio de Ganancias, ya era de $1,5 billones, es decir el 0,8% del Producto Bruto Interno (PBI).
De eso, tan sólo una parte será absorbida por el Tesoro Nacional, ya que el resto se repartirá entre la ANSES, el Banco Nación y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Cerrando así en 1,5 punto del PBI, para fines de este año.
